Hace unos días, mientras me encontraba cuestionando el rumbo de mis decisiones y el futuro de mis proyectos, una serie de visitantes inesperados aparecieron en mi casa: las mariquitas rojas. En medio de la incertidumbre, una de ellas se posó en mi mano derecha, inyectando en mí una energía de optimismo y esperanza (metafóricamente hablando, claro). Este encuentro inesperado me llevó a reflexionar sobre cómo a veces el universo, o incluso nuestra propia intuición, nos envía señales cuando más las necesitamos.
Como en la película “Interstellar”, donde los protagonistas reciben mensajes a través del tiempo y el espacio, a menudo somos receptores de señales que nos guían en nuestro camino. Sin embargo, es crucial estar en modo consciente para interpretar y aceptar estas señales con amor y apertura. La presencia de las mariquitas rojas me recordó que, incluso en medio de la incertidumbre, hay fuerzas cósmicas que nos guían y nos sostienen.
La incertidumbre y la confianza juegan un papel fundamental en nuestro viaje de transformación. La incertidumbre nos recuerda nuestra humanidad y vulnerabilidad, mientras que la confianza nos permite avanzar con valentía hacia lo desconocido. Incluso la desconfianza, aunque a menudo temida, puede ser un indicador de nuestra sensibilidad y conexión con nuestra realidad. Aceptar estas emociones como parte de nuestra experiencia nos permite abrazar plenamente nuestra humanidad y encontrar fortaleza en nuestra vulnerabilidad.
Dejar que las cosas fluyan, como las olas del mar, nos permite soltar el control rígido que a menudo tenemos sobre nuestras vidas. Al liberarnos de nuestras expectativas y permitir que las piezas se vayan acomodando naturalmente, encontramos una mayor armonía y fluidez en nuestro camino. Así, al confiar en el universo y en nosotros mismos, podemos navegar por la incertidumbre con gracia y determinación, recordando que cada experiencia, incluso las más pequeñas y aparentemente insignificantes, pueden llevarnos hacia un futuro lleno de posibilidades y éxito. ¡Confía en ti y escucha esos benditos mensajes que nos mandan las fuerzas cósmicas, los Apus o Dios!